Nearshoring en México: beneficios y horizonte de oportunidades

Banco de México detalla que la relocalización de la producción podría implicar ganancias en la productividad en México en la medida en que las empresas que se instalen en el país faciliten la adopción de tecnología más avanzada.
Crédito: Modern Machine Shop México

Con el objetivo de entender en qué etapa se encuentra el proceso de nearshoring en México hasta el primer trimestre de 2023, se indagó mediante el “Programa de entrevistas a directivos empresariales”, los impactos y el horizonte en el que podrían materializarse los mayores beneficios para las empresas de México.

Los resultados, presentados en el “Reporte sobre las Economías Regionales Enero - Marzo 2023”, realizado por el Banco de México, indican que el proceso sigue en marcha, aunque podría tomar tiempo para que se observe su efecto más fuerte.

Beneficios y oportunidades para la industria

“Los directivos empresariales confirman que la relocalización está ocurriendo. En concreto señalan que las empresas se han ido instalando poco a poco en México y que han observado mayor demanda por parte de empresas extranjeras, por lo que han incrementado su producción o planean hacerlo”, señala el informe.

Añade que se ha observado mayor ocupación y construcción de bodegas y parques industriales, así como mayor demanda de espacio de oficinas. No obstante, la relocalización de la producción probablemente sea paulatina, pues la planeación y el establecimiento de empresas en un lugar nuevo son procesos costosos que llevan tiempo.

“En efecto, a pesar de que algunos impactos ya se han observado, muchos de los comentarios recabados enfatizan la expectativa de impactos futuros, y la mayoría de las empresas espera que los mayores beneficios se observen en los próximos años”, indica el documento.

Así, cuando se consultó directamente sobre el horizonte en el que los contactos anticipan que la relocalización tenga el mayor beneficio en su empresa, entre aquellos que esperan observar algún efecto positivo, un porcentaje casi nulo considera que los mayores impactos se observaron antes de la pandemia, miemtras que 1.3 % considera que el mayor impacto se observó entre 2020 y 2021 y 10.1 % considera que lo hizo durante 2022.

“21.5 % de las empresas consultadas anticipa mayores beneficios durante 2023, en tanto que un porcentaje casi del doble, 40.6 %, espera que se reflejen más adelante, entre 2024 y 2025. Una fracción importante anticipa que este proceso tome incluso más tiempo, de forma que mayores efectos se materialicen después de 2026 (26.2 % de los contactos)”, señala la información.

El informe añade que, congruente con ello, algunas empresas, en sus comentarios, enfatizan que este proceso tardará en consolidarse completamente, pues los proyectos de inversión se plantean para un plazo de varios años.

“Las maneras en las que la relocalización se ha manifestado también reflejan que este proceso probablemente se dé de manera paulatina. Por ejemplo, 42.5 % de los contactos mencionan que han sostenido conversaciones dentro de su empresa sobre las formas en las que pueden beneficiarse por este fenómeno, lo que implica que perciben que sus empresas pueden verse favorecidas, pero los planes se encuentran todavía en una etapa incipiente”, indica.

Un porcentaje menor, de 32.9 %, afirma que tiene planes para expandir su producción o incrementar la inversión. En cuanto a impactos que ya se han materializado, 30.7 % de las empresas menciona haber firmado nuevos contratos con empresas extranjeras o haber incrementado su producción debido a la relocalización, y un porcentaje similar, de 29.1 %, comenta que ha contratado más personal, aumentado su uso de capacidad instalada, o aumentado la superficie de inmuebles rentada.

Por su parte, un porcentaje un poco menor de empresas, de 27 %, reporta incluso haber aumentado o estar en proceso de aumentar la capacidad productiva ampliando plantas existentes o construyendo nuevas plantas.

“Adicional al impacto en empresas directamente beneficiadas por la relocalización, también se ha observado cierto aumento en la demanda por otros servicios que los contactos asocian al proceso de relocalización de empresas, tales como mayor ocupación hotelera por turismo de negocios”, señala el documento.

 

Algunas fuentes incluso anticipan la necesidad de aumentar la construcción de obra pública por trabajos de acondicionamiento urbano, o esperan algún aumento en la demanda de servicios que podrían requerirse en caso de que la relocalización de la producción significara la migración de trabajadores, tales como vivienda, escuelas, hospitales o servicios financieros.

Al ser consultados directamente sobre si perciben riesgos de presiones de costos derivados de la relocalización, los contactos empresariales entrevistados mencionaron que sí podrían observarse algunas en los costos laborales por una mayor demanda de trabajadores que aumente la competencia por ellos, o incrementos en los precios de la renta de inmuebles o los costos de la construcción debido a una mayor demanda de espacios industriales.

Algunas fuentes mencionaron otros posibles riesgos, como la mayor competencia por insumos, materia prima, recursos como agua, electricidad, infraestructura, servicios de transporte y logística u otros servicios especializados como seguridad o de contabilidad.

No obstante, en su mayoría las empresas consideran que estas presiones no se han observado aún, con excepción de algunas en los costos laborales. Adicionalmente, coincidieron en que, de materializarse, estas se controlarían conforme la economía se ajuste, por lo que serían temporales.

“Más aún, algunos contactos señalaron que, al contrario, la relocalización podría significar presiones a la baja en los precios debido a un efecto positivo en el tipo de cambio, una mayor competencia o disminuciones en los costos productivos”, señala.

Consideraciones y ajustes

Banco de México manifiesta que será importante permanecer atentos a los posibles desbalances entre la oferta y la demanda en el periodo de transición de la economía y continuar promoviendo una economía flexible.

“Ello facilitará la movilidad de la mano de obra hacia las regiones con mayor demanda y contribuirá a que se amplíe la capacidad instalada, lo que a su vez favorecerá el ajuste de la economía”, precisa el informe.

Asimismo, detalla que la relocalización de la producción podría implicar ganancias en la productividad en México en la medida en la que las empresas que se instalen en el país faciliten la adopción de tecnología más avanzada.

“Este proceso, por lo tanto, podría implicar mayor investigación y desarrollo y una mayor acumulación de capital humano. Adicionalmente, la relocalización podría incentivar el desarrollo de una mejor infraestructura de comunicaciones y transportes, el fortalecimiento de los sistemas de logística y el desarrollo de aglomerados de proveedores que provean a las empresas de insumos de mayor calidad y menor costo”, puntualiza.

Finalmente, Banco de México dice que aprovechar esta oportunidad para propiciar un crecimiento sostenido en el largo plazo requiere promover un ambiente favorable para los negocios y que incentive la inversión.