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Por qué comprar medidores automáticos para su taller de mecanizado

El potencial de una mayor productividad y ahorros en costos podría justificar la compra.

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Aunque los medidores automáticos han sido parte de la escena de producción por más de medio siglo, generalmente la mayoría de personas comprende menos de ellos que de otra clase de equipos de medición dimensional. Esto se debe a la falta de lineamientos para la justificación de estos medidores y la concepción errada de que un medidor automático es alguna clase de gigante que desarrolla una multitud de funciones de inspección a una velocidad fantástica, todo el tiempo, y que cuesta mucho dinero.

Para poner la medición automática en una mejor perspectiva, echemos un vistazo a las cinco funciones que normalmente se consideran básicas para la medición automática:

  1. Alimentación. Mover la parte a la estación de medición y posicionarla adecuadamente.
  2. Medición. Verificar una o más dimensiones en comparación con una medida nominal.
  3. Retroalimentación . Regresar las señales medidas para ejercer alguna clase de control sobre la máquina productora.
  4. Clasificar. Determinar si las dimensiones de la parte están en tolerancia y, en muchos casos, asignar la parte a una de las varias categorías de tamaño en tolerancia o fuera de tolerancia.
  5. Disposición. Mover la parte a su destino adecuado con base en su clasificación dimensional.

En términos de justificación, sólo tres de estas funciones son relevantes para el propósito principal de un medidor automático: determinar el tamaño de parte; proveer información para evitar que se hagan partes imperfectas; y asegurar que las partes buenas se acepten con más precisión, rapidez y con significativamente mayor eficiencia sobre una base continua respecto a lo que es posible usando operadores.

Sea que la alimentación y la disposición – funciones principalmente de manejo de material– se logren o no automáticamente, en realidad no altera las reglas básicas para la justificación. De hecho, con la llegada de los robots industriales de bajo costo, el manejo de partes se ha simplificado enormemente porque se han eliminado los canales especiales, los alimentadores por gravedad, los retenedores y empujadores de partes. En consecuencia, lo que alguna vez se pensó como un medidor automático también ha sido ampliamente simplificado.

Dónde aplicar la medición automática

El lugar más obvio para un medidor automático en el proceso de producción es en la inspección final. Pero esta aplicación se ha vuelto cada vez menos común. Esos medidores usualmente inspeccionan productos de muchas máquinas y son incapaces de proveer control alguno de retroalimentación . Esto significa que las cosas pueden salir mal antes de poder hacer cualquier cosa y generar mayores costos.

En contraste, está el tipo de medidor automático que opera a la salida de una máquina, verificando una parte inmediatamente después de que es producida –o por lo menos antes de terminar muchas otras partes (el intervalo de tiempo generalmente es gobernado por cuán fácilmente puede moverse la parte desde la máquina hasta el medidor o cuán importante es dejar enfriar la parte antes de la medición).

En este tipo de aplicación es más probable que el medidor automático ejerza una función de control sobre la máquina. Por ejemplo, el medidor puede contar piezas inspeccionadas que caen en áreas marginales de la tolerancia especificada. Si se producen muchas partes fuera de tolerancia en un tiempo dado, de modo que se desarrolla una tendencia, el control de retroalimentación  puede parar la máquina o realizar una corrección incremental, manteniendo la producción en las bandas de tolerancia a pesar de los cambios en la temperatura de operación, desgaste de la herramienta, etc. Y desde que el requerimiento de velocidad para un medidor posproceso no sea mayor que el de la máquina que está inspeccionando, el diseño y costo del medidor se reduce de alguna forma.

Cómo justificar la medición automática

Hay tantas razones diferentes para comprar sistemas de medición automática como aplicaciones para ello. Pero teniendo en mente las funciones principales de un sistema de medición automático, considere dos cosas: 1) el costo probable de medir partes automáticamente en comparación con verificarlas de la siguiente mejor forma, y 2) la penalidad por la falla de una parte.

Obviamente, hay situaciones en las cuales la segunda consideración hace que la primera sea académica. La penalidad no sólo involucra el costo del desecho y el reproceso, sino más importante aún, los costos acumulados de la falla de un ensamble.

En esta era de litigios por responsabilidad de producto, requerimientos de estándares de desempeño por parte del gobierno y el énfasis en seguridad, ningún fabricante puede permitirse que una parte casi buena, pero fuera de tolerancia, se convierta en un elemento funcional de una máquina y luego falle en su desempeño adecuado en campo. Incluso si la falla no pone en riesgo las vidas o seguridad de los usuarios, casi con certeza puede tener efectos de largo alcance y algunas veces desastrosos en la reputación del productor. La penalidad por la falla de una parte puede ser alta.

Se considera que la medición automática tiene una eficiencia entre 98 a 99.5 por ciento versus 80 a 90 por ciento de la inspección manual. La diferencia entre las dos puede ser vital, dependiendo de qué tan crítica sea la parte en particular para el funcionamiento adecuado del producto. Entre más crítica sea la tolerancia, mayor la diferencia.

Los costos de mano de obra para la inspección manual pueden variar entre ciudades y áreas diferentes del país. Sin embargo, con base en una encuesta de usuarios de medidores automáticos, el costo promedio del paquete de compensación por trabajador de inspección puede aproximarse fácilmente a seis cifras (tres veces eso para una instalación de producción de tres turnos). Así, los ahorros en mano de obra pueden ser un punto de consideración importante para justificar un equipo de medición automática.

En el mundo de manufactura e inspección de hoy, la automatización es una clave del éxito. Dadas las mejores capacidades de las herramientas de medición modernas y el significativamente menor costo del manejo de partes, un medidor automático pequeño, de mesa, puede ayudarle a incrementar la productividad y ahorrarle miles de pesos.

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