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El mundo observa atónito los ataques que Rusia inició el jueves 24 de febrero en Ucrania. Resulta difícil creer que en pleno siglo XXI suceda una invasión para interrumpir la libertad y democracia de un Estado consolidado.

¿Por qué Rusia toma la decisión de invadir Ucrania? Desde la disolución de la Unión Soviética en 1989, muchas de las repúblicas que formaban parte del régimen comunista de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas empezaron su proceso de independencia, pero conservaron relaciones cercanas con Rusia, y más aún en el caso de Ucrania, la república más grande e influyente de la URSS.

Sin embargo, Ucrania empezó a alejarse de la influencia rusa para acercarse al círculo geopolítico de la Unión Europea, al punto de llegar al Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la Unión Europea en 2012. La noticia no cayó bien en Rusia, que presionó al entonces presidente de Ucrania, Viktor Yanukóvich, hasta convencerlo de no firmar el acuerdo. El intempestivo giro del líder ucraniano no cayó bien en su país, que veía con buenos ojos el acercamiento a Europa por las múltiples oportunidades económicas que significaba.

El precio de las materias primas es el primer perjudicado en el conflicto entre Ucrania y Europa.

El precio de las materias primas es el primer perjudicado. Si bien no todas las empresas metalúrgicas están en esa región, algunos elementos empleados para las aleaciones provienen de esa zona.
Crédito: Envato Elements.

Miles de ucranianos se manifestaron para exigirle al gobierno que concretara el acuerdo con la Unión Europea y dieron origen al movimiento Euromaidán. Las protestas se extendieron durante varios meses y en gran parte del territorio ucraniano, hasta que en febrero de 2014 el presidente Yanukóvich dejó el poder y abandonó Ucrania.

Aprovechando la situación, fuerzas prorrusas que tomaron varios edificios estatales del este de Ucrania, ocasionaron enfrentamientos con el ejército ucraniano. Fue tan intenso ese movimiento rebelde, apoyado por Rusia, que se proclamó la independencia de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, reconocidas por Rusia, pero no por la comunidad internacional.

Este conflicto interno, que se inició en 2014, es conocido como Donbás. Desde entonces, la Unión Europea acusó a Rusia de apoyar a los separatistas, pero Putin lo negaba. Alemania, Francia y representantes del Consejo de la Unión Europa intermediaron para poner fin al conflicto mediante el Protocolo y el Acuerdo de Minsk.

Con la invasión a Ucrania, Rusia desconoció el acuerdo y cerró cualquier puerta al diálogo. Todo indica que ha sido una estrategia rusa para dilatar la situación del conflicto, acusando a Ucrania de genocidio en las dos repúblicas separatistas para llegar a un punto sin retorno y así justificar los ataques y la invasión de Ucrania, camuflada con el nombre de “una estrategia militar” con el fin de acabar los ataques a los rebeldes separatistas y obligar a Ucrania a negociar bajo un sometimiento.

Estados Unidos y la Unión Europea han decretado sanciones económicas para Rusia; sin embargo, la historia ha demostrado que no son medidas suficientes para frenar la ambición de una potencia y es posible que este conflicto se prolongue por muchos meses.

Pero, ¿cómo ha afectado este conflicto a la industria? Sin duda, el precio de las materias primas es el primer perjudicado. Si bien no todas las empresas metalúrgicas están en esa región, algunos elementos empleados para las aleaciones provienen de esa zona.

En México, el caso del níquel ha sido el más significativo. Su precio se ha triplicado y afecta así la producción del acero, pues el níquel es un elemento básico para la fabricación del acero inoxidable. Ya algunas plantas de producción de acero inoxidable han parado y pronto se puede llegar a una etapa de desabastecimiento de material. La situación es tan complicada que ni los mismos proveedores garantizan el precio debido a la disponibilidad y lo venden a la cotización diaria del metal.

Lo mismo sucedió con el cobre, denominado el petróleo de color dorado. Si antes se pagaba por un kilo 6.10 dólares, ahora se pagan 9.30 dólares. Muchos talleres se han visto abocados a conseguir materiales y mantener stocks para sostener la producción. Y si a esto se le agrega la situación de la crisis de los contenedores, la situación se ve más complicada.

Pero, por otra parte, todo este entorno ha hecho que el mercado estadounidense se proteja haciendo las cosas en Norteamérica. Esto se ha reflejado en el fenómeno del nearshoring, que puede beneficiar a México, pues la logística, el transporte y las materias primas se han complicado. Ya algunas compañías asiáticas y europeas decidieron trasladar plantas a México y, con esta situación, lo más seguro es que vengan nuevas inversiones.

Landscape Source: Envato Elements.

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