Compartir

La firma Ernst & Young refiere que luego de la pandemia la industria automotriz ha tenido que adaptarse, integrando nuevas tecnologías a las cadenas de suministro y los procesos con sus proveedores.

La firma Ernst & Young refiere que luego de la pandemia la industria automotriz ha tenido que adaptarse, integrando nuevas tecnologías a las cadenas de proveeduría y los procesos con sus proveedores. / Toyota.

Francisco Bautista, Advanced Manufacturing & Mobility leader de Ernst & Young Latin America North, refirió que el sector automotriz ha tenido que adaptarse como respuesta a la pandemia, integrando nuevas tecnologías a las cadenas de suministro y los procesos con sus proveedores.

Señalo que al igual que los mercados las cadenas de proveeduría están sufriendo un cambio constante.

“Ante este panorama, la adopción de nuevas tecnologías y la incorporación de herramientas digitales es fundamental para mantener el ritmo de producción, reforzar las cuestiones logísticas, revertir el impacto económico ocasionado por la pandemia y atender las necesidades del consumidor en tiempo y forma”, explicó Bautista.

Refirió que algunos temas relevantes que están actuando como factores de afectación son los siguientes:

  • Diseño de producto e innovación. Se busca tener un cambio en los componentes históricos originales de los vehículos con respecto a los que se producen hoy en día. La industria automotriz se está inclinando por los vehículos eléctricos y autónomos.
  • Cambios en los mercados finales. Interés de los consumidores y de los gobiernos por los vehículos eléctricos.
  • Posicionamiento competitivo. Inversión en la optimización de autos eléctricos y autónomos como una medida de diferenciación. Existe una tendencia de utilizar menos productos, pero con mayor impacto o beneficio para el consumidor.
  • Reorganización de negocios. Esto puede verse reflejado en términos de estructura, así como en el interés de invertir en empresas digitales, ya sea de análisis de datos o de realidad virtual.
  • Sostenibilidad. Enfocada en una economía circular, en la modularización de las arquitecturas y en los vehículos eléctricos.
  • Cambio en los rangos de producción. Se prevé un incremento en la demanda de productos, que probará si las cadenas de proveeduría están preparadas para cubrir la demanda del consumidor pospandemia.

“A raíz de la emergencia sanitaria, las cadenas de suministro se inclinan por la regionalización y la creación de ecosistemas. El proceso de globalización vivido en los últimos 40 años sufrirá ajustes con el objetivo de reducir el riesgo y, de esta manera, tener un mejor balance entre los proveedores y una cadena de suministro diversificada”, detalla el especialista.

Agrega que la regionalización se enfoca en la presión sobre el costo existente, así como en la presión de minimizar los riesgos, por lo que se busca rediseñar las redes de proveedores para estabilizar las operaciones. Asimismo, señala que a medida que se automatiza la producción, las tecnologías se vuelven relevantes para lograr un mayor control de la cadena de proveeduría.

“Los proveedores también están adoptando nuevas tecnologías para responder a la evolución de las cadenas de suministro, las cuales generan información al minuto para identificar problemas y así cambiar el flujo de los productos”, señaló Bautista.

Indicó que algunos aceleradores que permiten mejorar las operaciones de los proveedores para reaccionar rápidamente a cualquier cambio incluyen:

  • Mejoras operativas
  • Manejo de crisis
  • Recuperación y reestructuración
  • Análisis externo para inversiones
  • Resiliencia en la cadena de proveeduría

“Sin duda, en el último año la industria automotriz ha enfrentado un reto importante que impulsó la optimización y flexibilidad de la cadena logística. Ante la disrupción generada por COVID-19, el sector se ha reorganizado para ofrecer una respuesta sólida al incrementar el rango de localización de la red de proveedores y hacer cadenas de suministro más eficientes”, puntualizó.

CONTENIDO RELACIONADO