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AMT: transferencia tecnológica para la manufactura en América Latina

Para Carlos Mortera, director de la AMT para Latinoamérica, es más que natural que exista un evento como FITMA, que atenderá las necesidades de automatización, Industria 4.0 y de sistemas de última generación en la región.
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Carlos Mortera, Director de AMT para Latinoamérica – Asociation for Manufacturing Technology.

Carlos Mortera, Director de AMT para Latinoamérica – Asociation for Manufacturing Technology.

La Asociación de Tecnología para la Manufactura representa a los fabricantes y distribuidores de tecnología de manufactura: maquinaria, dispositivos y equipos digitales avanzados en los que se basa la manufactura para ser productivos, innovadores y competitivos. AMT actúa como la voz de la industria para acelerar el ritmo de la innovación, aumentar la competitividad global y desarrollar la fuerza laboral avanzada de manufactura del futuro. Desde hace varios años, AMT tiene representación en México y América Latina y su sede está en Monterrey. Aquí les presentamos una entrevista con su director, Carlos Mortera.

Eduardo Tovar: De qué se trata la AMT, ¿cuáles son sus objetivos?, ¿cómo empezó apoyando a la industria, primero en México y ahora para toda América Latina?

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Carlos Mortera: AMT cuenta con una visión estratégica y un mandato que tenemos para asegurar que el conocimiento de la transferencia tecnológica de las más de 500 empresas fabricantes de soluciones de tecnología de manufactura lleguen a los usuarios finales, a los grandes, pequeños y medianos usuarios que están establecidos en toda América y que son un bloque consumidor muy importante para las empresas globales y domésticas estadounidenses, que son parte de este grupo de 650 asociados de la AMT.

Hoy por hoy, el bloque América Latina tiene un consumo de alrededor de 5,000 millones de dólares por año de tecnología para la manufactura, sistemas de mecanizado, sistemas de conformado, sistemas relacionados con soldadura, sistemas automatizados y eso hace que el mercado las Américas sea el segundo o tercer mercado más importante a nivel mundial.

La gestión de AMT en América Latina, precisamente, es el apoyar a esos fabricantes que necesiten tener mucha más inteligencia de mercado y conocimiento de las necesidades y expectativas de los clientes finales y traducir esas necesidades para que el fabricante pueda relacionar sus propuestas de valor y, de esa manera, sea más eficiente la gestión de negocios en esta sección.

Eduardo: AMT para América Latina inició primero como AMT México con sede en la ciudad de Monterrey, ¿nos puedes contar cómo fue la creación de la AMT aquí?, ¿por qué escogieron Monterrey y cuáles fueron los primero apoyos palpables de la AMT concretamente en México?

Carlos: Hace 20 años AMT, el consejo de directores de AMT, formado por los presidentes de las compañías miembros de la AMT, como Mazak, DMG MORI, entre otros, tuvieron una misión de los consejeros que vinieron a México para familiarizarse más con el mercado mexicano, eso a raíz de que tenía seis años de que se había implementado el NAFTA 1.0 y la demanda de maquinaria industrial en México estaba creciendo a dobles dígitos.

Tan era así que ya para el año 99 México se convirtió en el segundo mayor importador de maquinaria que venía de los Estados Unidos, desplazando a Canadá. Entonces, era natural que el consejo directivo decidiera traer una visita de avanzada para entender cuál iba a ser la propuesta de valor.

En el año 2000 se tuvo esa visita y dentro de esas recomendaciones salió, precisamente, establecer una filial Internacional, la segunda que AMT creó fuera de Estados Unidos –la primera había sido China en el año 93– y así México fue la segunda filial internacional. Yo tuve el privilegio de llegar a mostrarme como el director para México de AMT México y, dentro de las decisiones que se tomaron en cuenta o el peso estratégico, fue elegir a Monterrey, que era la capital industrial de México por muchos años. La vocación de manufactura comenzó cuando primero dio inicio la cervecería, después la fábrica de corcholatas, luego la cartonera, después el acero. Entonces, todo eso hizo que la vocación industrial de Monterrey fuera uno de los detonantes para decidir que AMT estuviera localizada directamente en la ciudad de Monterrey.

Eduardo: ¿Qué profesión tienes?, ¿Qué estudiaste y antes de llegar a la AMT en qué empresas estuviste?

Carlos: Yo soy originario de la ciudad de Monterrey. Yo soy formado como ingeniero en sistemas de computación por el Tecnológico de Monterrey. Antes de trabajar en la AMT, trabajé un par de años directamente en el área de computación y tuve el privilegio de trabajar para un grupo internacional de Estados Unidos durante cerca de 10 años, que era la compañía Emerson Electric, división de motores, en donde tuve diferentes responsabilidades desde comercio internacional, recursos humanos, finanzas, contraloría, planeación de producción, materiales, y eso me llevó, precisamente, a ir estableciendo y desarrollando una formación más por el lado de operaciones e ingeniería industrial. Mi última posición tenía que ver con la relocalización de plantas de manufactura de Estados Unidos hacia Monterrey y así fue como me tocó el privilegio de trabajar en la primera maquiladora que se formó aquí directamente en Monterrey para Emerson Electric. 

Después de 10 años trabajando con ellos y gestionando, me mudé a San Luis Potosí, en ese momento trabajando para la industria automotriz pesada en Cummins Engine, que hace motores a diésel, donde trabajé en el área de materiales de operaciones para las divisiones de componentes de motores, de remanufactura de motores y de filtración y escapes. Después de dos años y medio gestionando la operación de lo que le llamábamos el chief procurement officer, dentro de Cummins tuve la oportunidad de tomar la responsabilidad de una adquisición de una empresa de escapes en México y después me ofrecieron la oportunidad de mudarme a Brasil con la responsabilidad de la operación de filtración y escapes en Brasil, donde estuve cuatro años trabajando y gestionando el montaje de una fábrica para la fabricación de filtros y escapes directamente en la ciudad de Sao Paulo.

Eduardo: ¿Cómo ves el tema de FITMA, la nueva exposición de máquinas-herramienta y manufactura que va a realizar Gardner Business Media en el año 2021 en la Ciudad de México, precisamente para el sector metalmecánico?, ¿por qué crees que es importante y además porque la AMT la está apoyando?

Carlos: Dentro del mandato de la AMT está el siempre acercarnos a los organizadores de los eventos que traen más tecnologías de manufactura y los acercan a los mercados tradicionales. México es un gran consumidor de tecnología para la manufactura, cerca de 2,500 millones por año.

En los últimos nueve años México ha consumido más de 27,000 millones de dólares de tecnología para la manufactura, entonces era más que natural el que hubiera un evento consolidado que atendiera, precisamente, a las necesidades de automatización, de Industria 4.0, de traer última generación de sistemas de mecanizado, de sistemas de rectificado y sistemas de conformado. Entonces, el polo natural, precisamente por acercamiento geográfico, tiene que ser la Ciudad de México.

Creemos que la organización y la experiencia que Gardner Business Media tiene también en cuanto medios, difusión y contenido técnico va a ser de mucho valor para el usuario final, no solamente de México sino del resto de América Latina hispanoparlante y, por qué no, también la parte portuguesa en Brasil.

Eduardo: ¿Cómo ves a México en 5 o 10 años? ¿Qué le hace falta para seguir escalando y estar a nivel de países europeos y asiáticos?

Carlos: Creo que esa es una excelente pregunta y es parte del mandato customizado que AMT de América Latina tiene y que es parte de la gestión que yo realizó en muchos de los países de América Latina.

A diferencia de lo que hacemos directamente en el mercado doméstico estadounidense, donde la política industrial es desarrollada por los mismos grandes usuarios y consumidores. En las economías de América Latina hay que dar un empujoncito a las economías, y a los gobiernos ayudarles a formular esta política industrial.

Creemos que la oportunidad sigue siendo muy importante para consolidar los centros de diseño y de excelencia en América Latina y conseguir que esas mejores prácticas que se están estableciendo a nivel de Europa, Estados Unidos y Asia se consoliden directamente en México.

Creo que es muy importante y es por ello por lo que la oportunidad que tiene México de convertirse en un operador de coyuntura para que esa transferencia tecnológica hacia América Latina sea de mucho mayor detonación, es uno de los mandatos importantes.

Creemos que, al haber más inversiones, centro de diseño y, por la misma naturaleza del retiro y la jubilación –como dicen los norteamericanos, el attrition, de los expertos de manufactura que hay en Europa o en Estados Unidos– eso hace que el talento mexicano y el bono demográfico sea bien aprovechado y capitalizado, y se convierta también como transferencia de conocimientos al resto de las Américas.

Creemos que la oportunidad de negocios tanto en América Latina como en México es bien sustentada y los 650 asociados de la AMT siguen apostando duro a que la economía mexicana y el resto a las Américas va a seguir creciendo.

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