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A la izquierda, Elisa Crespo, directora Clúster Regional del Estado de México.

A la izquierda, Elisa Crespo, directora Clúster Regional del Estado de México.

Eduardo Tovar: ¿Cómo fue tu inicio en la industria automotriz?

Elisa Crespo: Bueno, platicar sobre los inicios es remontarme a una muy bella época de mi vida, porque fue una manera muy casual: una gran amiga, que para algunos es muy conocida (Gabriela Manjarrez), me invitó a reemplazarla en su posición como gerente de comunicación en la Asociación Nacional de Transporte Privado. No sé si ella supo lo que hizo, porque creo que en gran parte fue responsable de que al llegar yo y sustituirla ―iba a ocupar otro cargo en una empresa transportadora muy importante en aquel entonces― llegué para quedarme en la industria.

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Así comencé con los grandes en el transporte privado y de ahí me moví a otras organizaciones como consejera y asesora de comunicación. Y, bueno, mi vida fue entrando por organizaciones como la CANACAR, la Asociación de Tractocamiones, y por todas las organizaciones cúpula dentro de la industria. También he sido asesora de varios secretarios de Economía de administraciones anteriores. Tuve un paso muy interesante, por supuesto, en la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Económico, y ahí efectué un recorrido por toda la República Mexicana editando dos libros, uno para el transporte de carga como tal, México y su industria automotriz, y definitivamente, ya estaba dentro del trazo del destino al haber hecho una publicación dedicada al Estado de México.

Posteriormente, pasé por la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA). Ahí, definitivamente, se consolidaron los pasos y las tablas para que después de más de siete años dentro de la organización, como directora de comunicación y de relaciones institucionales, me moviera a emprender el levantamiento de lo que hoy es el Clúster Automotriz del Estado de México, ya con siete años de operación.

ET: ¿Nos podrías explicar la función de los clústeres automotrices de México?, ¿cómo coordinan ustedes sus actividades y, específicamente, cómo fue la creación del Clúster del Estado de México?

Elisa: Había un grupo hacía más de 10 años, liderado por el que fuera el presidente de la asociación donde, dentro de la estrategia para visibilizar las fortalezas de la industria automotriz, generamos un grupo de trabajo llamado la Red Nacional de Clústeres. Esta red nacional tenía como plataformas dos organizaciones principales, la AMIA y la INA, que en la agenda del día tenían como intención que cada estado pudiera presentar en ese espacio sus capacidades y fortalezas a la industria automotriz.

De ahí fue escalando. Diría que fue un proyecto muy exitoso, en el que logramos hacer visible y cumplir el objetivo. Dentro del análisis que hacíamos yo veía que el Estado de México, siendo uno de los principales líderes de manufactura, tanto de autopartes como de vehículos, carecía de esa fortaleza, de lo que significaba visibilizarse través de un clúster.

Los ciclos se cumplen y ese fue mi caso dentro de AMIA. Ahí decidí congregar a un grupo muy interesante de empresarios, que fueron los socios fundadores de esta organización. Te hablo de gente con más de cincuenta años de experiencia. Desafortunadamente, ya dos de ellos, dos grandes líderes han fallecido, y hoy prevalece no solo una gran amistad, sino un gran liderazgo y el apoyo incondicional y cariño de mi querido amigo y mentor Mauricio Merikanskas. Al juntar a estos líderes comenzamos a trazar lo que sería el primer año y a concretar al grupo de 15 empresas que formarían la principal plataforma para generar la sinergia. Esa es la historia de los inicios del clúster.

En principio, te puedo decir que el clúster construye y se dedica a generar fuentes de vinculación, fuentes de confianza para crear sinergia, y esto se traduce en más oportunidades para las empresas que conforman la cadena de valor de una región. Sin lugar a duda, eso lo hemos conseguido después de la historia de estas primeras empresas que formaban parte del clúster, luego pasamos a las siguientes 15 empresas, que ya hacían un músculo interesante en el segundo y el tercer año. Y hoy, después de siete años de operación, ya son más de 100 las empresas que conforman la organización orgullosamente y, lo más importante, hemos establecido un vínculo muy fuerte y de mucha confianza, haciendo a un lado temas políticos y enfocándonos a las necesidades y soluciones con el gobierno estatal y el gobierno federal.

En la actualidad, hemos logrado que Nacional Financiera, institución de la banca de desarrollo, nos haya otorgado una certificación que le permite a la empresa acceder y agilizar aún más los trámites para habilitar una línea de crédito. Hoy y siempre la industria y los empresarios requieren de esta plataforma financiera para ejecutar proyectos que ya tenían trazados y que al final del día requieren financiamiento, una de las principales causas y un gran diferenciador para aterrizar con éxito una demanda entre el cliente y el proveedor.

ET: ¿Cómo han enfrentado los miembros del clúster este tema del COVID -19 y cómo está la situación para ustedes?

Elisa: Esta pregunta también es digna de visibilizar. Antes que cualquier otra cosa tenemos que reconocer que, en la industria automotriz, ejecutivos, empresarios, empleados, proveedores y toda la cadena periférica han mostrado mucha responsabilidad y valentía. Los primeros meses, como tú me lo dijiste, era una locura entender qué estaba pasando y con qué se masticaba el COVID-19. Hoy, afortunadamente, podemos decir que fuimos el primer sector que instrumentó los protocolos para que nuestra industria fuera habilitada y reconocida como una industria esencial. En su momento, solo 20 % de nuestra industria tenía permiso de operar, y el otro 80 % estuvo paralizada meses. Era inconcebible, históricamente, que la industria automotriz estuviera parada y, sobre todo, ese significativo 80 %.

Hoy podemos decir que ya operamos a un 80 % y la estimación es que para finales del mes de diciembre podamos estar operando a un 100 %.

ET: Volviendo al tema de la estructura del clúster, conformado por fabricantes de autopartes y que también incluye armadoras, ¿cuál es la proporción entre autopartistas y fabricantes de vehículos?

Elisa: Te puedo decir que está a un 80-20. Este 20 % está compuesto de armadoras, como un comité o consejo consultivo. Orgullosos de que General Motors, Nissan, Ford, FCA participen con nosotros. También las grandes armadoras de vehículos pesados, comenzando por su presidente, Miguel Elizalde, quien participa con nosotros en algunas sesiones de trabajo.

El otro 80 % lo conforman empresas Tier 1, Tier 2 y Tier 3. Aquí lo más importante para destacar es que, aunque formes parte de la cadena de valor en uno de los últimos eslabones, que vendrían siendo empresas Tier 3, nos hemos dado cuenta del gran papel que ellos representan y que, sin ellos, en muchas ocasiones ninguna cadena podría funcionar.

ET: La industria automotriz de México venía presentando cifras récord de producción, tanto del número de vehículos como de autopartes. ¿Cómo ven la situación al final de este año?

Elisa: Aquí tenemos dos escenarios: siempre nuestro modelo exportador ha sido una de nuestras principales fortalezas y lo seguirá siendo. A escala mundial tenemos la estimación de que el mercado se ha contraído 20 %, tanto de autopartes, principalmente, como de vehículos (aún más). Sin embargo, y dadas las condiciones de un elemento que ha venido a favorecernos, tenemos un nuevo tratado comercial, el T-MEC, que ha acelerado muchas de nuestras áreas y empresas, no solo con compromisos de compra que ya estaban establecidos, sino que se han duplicado. Creo que en esta carrera por recuperar el ritmo de competitividad que traíamos en los meses de enero y febrero, no solo vemos una gran necesidad, sino también otra gran demanda. Y en esta nueva demanda también hay varios nichos en los que el clúster trabaja, justamente en la producción de partes y componentes para vehículos eléctricos; así, más que una oportunidad o moda, nos dimos cuenta con esta pandemia de que la tecnología aceleró por mucho los ritmos y también la manera de cómo incorporarnos a un nuevo orden.

Estamos convencidos de que se acelerará la producción de vehículos eléctricos para ir en el orden de tendencias de consumo y de mercado. Hoy, también, la crisis sanitaria y la crisis económica nos hacen ver la enorme necesidad que hay de mover grandes masas, sobre todo en una urbe como Ciudad de México, y el Estado de México, que suman alrededor de 32 millones de habitantes y, evidentemente, requieren mejores plataformas, más inteligentes, para movilizarse. Estas nuevas tendencias y estos movimientos de mercado nos hacen saber que debemos cumplir el gran compromiso que tenemos con la industria y con el medioambiente, que es, por supuesto, conservar el planeta en el que vivimos.

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